Zapatos Viejos

Me emocioné tanto cuando encontré unas sandalias que tenía guardadas. Estaban todas polvorientas, llevan conmigo varios años. Yo con mi nariz al punto de estornudo, pero mi corazón súper contento. Aquellas eran justamente las que estaba necesitando. Busqué para limpiarlas y mientras limpiaba estaba llena de emoción porque lucían casi nuevas.

Le dije a Dios “wow gracias Señor, estás son las que verdaderamente estaba necesitando.” Ya limpias, me las puse y comienzo a desfilar con mi cara sonriente. Pero mi sonrisa se detuvo cuando comencé a escuchar “cuizzz…zzzz…cuizzz…zzzz…cuizzz…” sonaba como una goma (llanta) cuando se vacía. Me dije “wow parece que como estoy más gorda, las pobres no resisten mi peso, pero dije con esperanza “si bajo de peso tal vez no hagan ese ruido.” Terminando de pensar eso, me interrumpe un pensamiento como si Dios me dijera:“No puedes entrar a un nuevo tiempo con los zapatos del pasado”.

Como “zapato viejo” son algunas vivencias, personas y estrategias que en algún momento estuvieron en nuestra vida con un propósito, fueron útiles y de bendición. Pero Dios tiene tiempos nuevos para sus hijos, y en ese tiempo se requieren cambios, y aunque trates de meter tus pies en ese “zapato viejo”, porque es uno en el que te sientes cómodo y ya lo conoces, porque por fuera lucen bien…esos no son los que te corresponden. El pasado ya cumplió su función. Necesitamos una mente renovada dispuesta a aceptar esos cambios que son necesarios.

"Cosas que ojo no vio, ni oído escuchó son las que Dios tiene para ti. “

1 Corintios 2.9

Prosigue a la meta

Aixa Mariely