top of page

Venciendo las Galletitas

  • Foto del escritor: Aixa Mariely Rodriguez
    Aixa Mariely Rodriguez
  • 7 jun 2022
  • 4 Min. de lectura

Hace muchos años bajé bastante de peso, pero no fue tan rápido. En realidad estuve estancada por un tiempo y un señor que era atleta me ayudaba a entrenar. Dios lo puso en mi camino. Me esperaba todas las tardes para pesarme y hacer ejercicios conmigo. Cada vez que me subía a la báscula, se confundía y se frustraba. Me decía: “Pero es que no entiendo. Estás haciendo la rutina. Yo te miro que estás haciendo tu hora de ejercicios correctamente, pero no estás bajando ¿Qué comiste?” Yo le decía mi dieta y el pobre hombre se iba a su casa cada tarde a analizar y preparar estrategias para dármelas el próximo día. Una tarde se frustró de tal manera que me preguntó “¿Qué es en realidad lo que estás comiendo?” Y yo le recitaba otra vez, como el papá gallo, mi dieta perfecta sin sal, no azúcar (según yo), agua, nada de sodas …pero de pronto recordé mi merienda y le dije: “Ah bueno, yo meriendo galletitas”. Mientras escribo esto me da mucha risa, porque la respuesta de él fue volátil e inmediata: “¡PARA DE COMER LAS TRAPO DE GALLETITAS! ¡Con razón! Hubieses estado más cerca de tu meta desde hace tiempo”. Ciertamente fue que cuando dejé las galletitas y seguí mi rutina logré mi meta.


La mejor manera de describir mi relación con el dominio propio es como una pelea de perros y gatos. Hay veces que he vencido y otras que he caído reventada de tal manera humillante que he pensado que nunca lo lograré. El dominio propio se necesita para no dejar que nuestros pensamientos o nuestro deleite egocéntrico y carnal nos domine. Primero lo pensamos y después…¡Bum! ¡Cuidado! Santiago dijo que nuestros malos deseos nos llevan a pecar, evidentemente el pecado nos lleva a la destrucción.


Hay veces que somos fuertes en aquello que ya hemos enfrentado a un nivel tan intenso, que ya hemos tocado fondo. No hay disfraz, ni engaño a nuestra vista en esa área porque conocemos el dolor real de las consecuencias. Pero también hay cosas que nos parecen menos importantes y pero que a la larga también nos dan la misma amenaza de daño y muerte y en ello estamos flojos.


Recuerdo la caricatura de niños que se llama Johny Bravo, su aspecto era peculiar, era fortachón de la cintura hacia arriba y cuando mirabas sus piernas parecían débiles. Imagina entrenar sólo para una extremidad en tu cuerpo y abandonar la otra, evidentemente se va a desfigurar. Dios me ha dejado ver muchas veces cuán desfigurada he estado frente a Él en cuanto al dominio propio. Me he visto dejarme vencer ridículamente por una simple galletita en tiempo de dieta, un placer ridículamente temporero. También me he visto ganar de una manera sobrenatural controlando mi lengua, mi pensamiento y carácter en un momento apremiante.


Esta semana hablaba con una persona precisamente de eso, de lo mucho que me falta y ella me dijo: “Aixa pero es que no te veo así, tú eres tan dulce” … en el momento no tuve la respuesta correcta …pero traté de explicarle. No la carne no es dulce, ni amiga de nadie. Te lo explicaré como lo aprendí del hermano Yiye Ávila, él decía que el “diablito” se quedaba corto al lado de las concupiscencias de nuestra carne.


La Palabra de Dios dice:

“Porque los malos deseos están en contra de lo que quiere el Espíritu de Dios, y el Espíritu está en contra de los malos deseos. Por lo tanto, ustedes no pueden hacer lo que se les antoje.” Gálatas 5:17 TLA


¿Cuántas veces queremos hacer lo que se nos antoja? Querido lector, seamos honestos yo diría que casi todo el tiempo. Seguiremos en el gimnasio de ejercitar el músculo del dominio propio hasta el final de nuestros días. La buena noticia es que si tienes a Cristo, tú vencerás las dificultades. Es como un entrenador que va cuidando de que tú ejercites cada área necesaria para llegar a la meta.


No sé en qué área de tu vida necesites ejercitar dominio propio, pero si le pides a Dios hay acceso sobrenatural. Dios no nos ha dado espíritu de cobardía sino de poder, de amor y dominio propio.


Admito que todavía sigo en mi guerra contra las galletitas, no las he vencido del todo, pero cada día me esfuerzo, le pido a Dios que me ayude y he logrado cambios, algún día venceré completamente. No sé cuáles sean tus “galletitas” pero tú soporta las dificultades no te dejes vencer por el deseo de tu carne.



~~~

“Al que soporta las dificultades, Dios lo bendice y, cuando las supera, le da el premio y el honor más grande que puede recibir: la vida eterna, que ha prometido a quienes lo aman.Cuando ustedes sean tentados a hacer lo malo, no le echen la culpa a Dios, porque él no puede ser tentado, ni tienta a nadie a hacer lo malo. Al contrario, cuando somos tentados, son nuestros propios deseos los que nos arrastran y dominan. Los malos deseos nos llevan a pecar; y cuando vivimos solo para hacer lo malo, lo único que nos espera es la muerte eterna.”

Santiago 1:12-15 TLA


~~~


Aixa Mariely

 
 
 

Comments


© 2023 by Train of Thoughts. Proudly created with Wix.com

bottom of page