¿Qué hay en la sopa?
- Aixa Mariely Rodriguez
- 22 mar 2022
- 3 Min. de lectura

Como sonido de música triste, se tornaba para mí el día en que me enteraba que íbamos a comer sopas. Las sopas eran mi comida menos preferida. Abuela las hacía con amor y le añadía al caldo, fideos, jamón, salsa de tomate, salchichón y el tipo de proteína que ella quisiera. Las sazonaba con especias ríquisimas que impregnaban la casa con un olor encantador y apetecible. Pero yo conocía mi destino... no era que no me gustara el sabor, sino que después de comerlas casi inmediatamente sentía hambre. No me satisfacían, era una comida demasiado ligera para mí. Años después comencé a probar diferentes tipos de sopas y ahora de adulta me gustan.
En mi devocional de hoy me topé con una poderosa reflexión sobre una sopa que llevó a la destrucción. La Biblia siempre menciona a Dios como el Dios de Abraham, Isaac y de Jacob. Y como lo hemos leído y escuchado tantas veces, pues nos acostumbramos. Pero pocas veces recordamos que era Esaú quien originalmente le tocaba ser un héroe de la Biblia. La Palabra de Dios demuestra que Esaú no estaba interesado en agradar a Dios, e incluso se le llama profano e inmoral. Esaú le dio más importancia a lo temporal que a lo eterno.
Dios tiene una herencia para sus hijos y en ocasiones podemos caer en la desgracia de Esaú si no ponemos atención. En la época de él, los hijos mayores eran quienes heredaban el derecho de gobernar en su familia y también recibir doble porción de los bienes y tierras que dejaba el padre al morir. Esaú no lo pensó bien y en un momento de desesperación y hambre vendió sus derechos a su hermano Jacob. No pudo controlar el apetito de su carne. Comprometió su destino por una necesidad temporera. Génesis 25:27-34
Quiero mencionar cinco ingredientes de la sopa temporera, que puede estorbar y contaminar a otros y no dejarnos alcanzar lo que Dios tiene para nosotros.
Cinco ingredientes de destrucción
1. Creer que el color de la piel, el estatus social o de influencia, o el lugar de donde naciste te hace superior a otra persona.
2. Sentir tristeza o enojo cuando otra persona tiene lo que tú desearías tener. Eso incluye cosas físicas o cualidades personales, reconocimientos, admiración, etc.
3. Estar disgustado o enfadado persistentemente hacia una persona que te hizo daño, por alguna injusticia u ofensa. Incluso ser hostil hacia esa persona.
4. Ser detestable y grosero, mal educado con las personas, antipático...ir por el mundo haciendo que los demás te odien.
5. Desear apasionadamente llenarte de riquezas y de poseer muchas cosas.
He mencionado sólo cinco: El racismo, la envidia, amargura, ser odioso o codiciosos pero hay muchas otras actitudes y carnalidades que echan a perder todo lo que Dios tiene destinado para nosotros. No olvidemos que Esaú aún llorando delante de su padre, no tuvo oportunidad de arrepentirse, no pudo cambiar lo que hizo...
---
"Cuídense unos a otros, para que ninguno de ustedes deje de recibir la gracia de Dios. Tengan cuidado de que no brote ninguna raíz venenosa de amargura, la cual los trastorne a ustedes y envenene a muchos. Asegúrense de que ninguno sea inmoral ni profano como Esaú, que cambió sus derechos de primer hijo varón por un simple plato de comida. Ustedes saben que después, cuando quiso recibir la bendición de su padre, fue rechazado. Ya era demasiado tarde para arrepentirse, a pesar de que suplicó con lágrimas amargas." Hebreos 12:15-17 NTV
"Esfuércense por vivir en paz con todos y procuren llevar una vida santa, porque los que no son santos no verán al Señor." Hebreos 12:14 NTV
Comments