Humo a los ojos
- Aixa Mariely Rodriguez

- 19 nov 2024
- 3 Min. de lectura

Encendimos la fogata, busqué algunos tallos secos de la planta de lavanda y los lancé al fuego. La noche estaba fría y algunas hojitas verdes se colaron entre las ramitas, comenzaron a crear una especie de perfume y humo espeso que al soplido del cartón, fue inevitable, me entró en los ojos y me irritó. ¡Qué horror, como arde ese humo!
A mi memoria llegó el proverbio:
“… como el humo a los ojos, así es el perezoso para quienes los envían”
Proverbios 10:26
La pereza es un sentimiento en el que no hay motivación de trabajar o de hacer algo. Es distinta al cansancio, este último es agotamiento como consecuencia de haber hecho algo, pero la pereza es una falta de motivación y energía sin ni haber hecho tan siquiera el esfuerzo. El cansancio es temporero y normal. La pereza es un hábito nocivo, crea impacto negativo incluso en la salud mental, afecta la productividad y conduce al desorden.
En la Biblia hay diferentes ejemplos de personas que por estar en tiempo de ocio arriesgaron mucho. El rey David se quedó en su casa en un tiempo que les tocaba a los reyes ir a la guerra, no cumplió con su obligación y terminó tomando a una mujer que no era suya y asesinando a un hombre inocente. Al final tuvo fuertes consecuencias.
“…cuando los reyes suelen salir a la guerra, David envió a Joab y al ejército… para pelear…sin embargo, David se quedó en Jerusalén.” 2 Samuel 11.1
La pereza no permitirá que progreses y es un portón a multitud de malas decisiones, una frase popular le llama a la pereza:"la madre de todos los vicios."
Como humo a los ojos
Según los oftalmólogos cuando el humo entra a los ojos puede causar que la fina capa de protección de nuestros ojos se deteriore, la exposición prolongada puede causar infecciones. Nuestra vida el mayor proyecto en nuestra existencia, una actitud como la pereza puede dañarnos. Estar rodeado de personas que no tienen deseos de mejorar también puede influenciar a mal.
¿Enviarías a un perezoso a que te termine un trabajo sumamente importante para ti? ¿Crees que lo culminaría con éxito? Pienso que te asegurarías de enviar alguien responsable. Dios nos entregó mucho...que tal, si los perezosos somos nosotros mismos, estaríamos saboteando nuestro propio futuro y dejando en vergüenza a nuestro padre celestial.
"El que recoge en el verano es un hijo sensato;pero el que duerme en el tiempo de la siega es un hijo que avergüenza." Proverbios 10:5
Lo contrario a la pereza es la diligencia.
Hoy reflexionemos:
¿En qué área de nuestra vida estamos siendo perezosos?
Piensa por un momento:
¿Estás buscando crecer espiritualmente y tener comunión con Dios cada día o esperas solo el domingo para ir a la iglesia? ¿Cuándo fue la última vez que separaste un momento a solas para crecer tu amistad con Dios? ¿Lees la Palabra diariamente?
¿Buscas cómo crecer emocionalmente y como persona? Todos tenemos traumas y conflictos que afrontar, todos tenemos algo que perdonar o algo que corregir, algo que mejorar. Hay personas que ni se interesan en conocerse a sí mismos. Activamente ¿Buscas ser mejor?
Crecimiento relacional. Tomas un tiempo especial para crecer como hijo (a), esposo (a), amigo(a) aportando tus talentos y virtudes en tu comunidad.
De la misma forma que el humo nos causa daño a nuestros ojos, tal es la pereza. Es como un enemigo silencioso. Conozco personas que nunca cambian, los vuelves a ver en años y siguen con sus mismas luchas y decisiones inmaduras. Es triste pero hay muchos que viven sin propósito de vida. La construcción de nuestra vida es un asunto constante, no permitas que la pereza se enraíce en tu vida.
Oremos:
Señor te alabo porque tu eres Fuerte y Poderoso. Te pido que al Tú mirarme no veas en mi que he sido mal mensajero (a) porque ha sido tanto que me has concedido. Arranca de mi vida patrones de pereza ya sea que estén por generaciones en los míos o por abandono negligente de mi parte. Glorifícate en mi vida y que cada día yo pueda ser mejor. Que otros vean tu reflejo en mí. Sé que con tu sabiduría viviré una vida de paz y sanidad. En tu nombre Jesús, Amén.
Aixa Mariely Rodríguez




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